Educar la empatía es posible

Una de las cualidades más apreciadas y escasas en el ser humano actualmente es la empatía o la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando. Esta cualidad puede hacer que nuestras relaciones con los demás sean mucho más satisfactorias, gratificantes y profundas. Desafortunadamente, un estudio de la Universidad de Michigan, desveló que los niveles de empatía de estudiantes universitarios cayeron un 40% entre el año 2000 y el 2010.
Aunque este panorama es socialmente desolador, nos queda la esperanza de que este ‘don’ se puede adquirir. Una persona puede aumentar su capacidad de empatía observando con más detalle a los demás mientras habla con ellos, prestándoles toda su atención y observando todos los mensajes que esa persona transmite, esforzándose por ponerse en su lugar y ‘leer’ lo que siente.
Pero la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente, también implica responder de una manera apropiada a la emoción que la otra persona está sintiendo. Y el mejor modo de llegar a ser más empáticos es tratar de practicar con las oportunidades del día a día descartando nuestro egoísmo.
Entre las diferentes técnicas encontramos:
1. Centra tu atención en el exterior y sé consciente de lo que te rodea y sucede, especialmente de las expresiones de la gente, sus conductas, lo que dicen y cómo lo dicen.
2. Practica mindfulness. Las investigaciones sugieren que practicar mindfulness y meditación mindfulness nos ayuda a tener ser más conscientes de los puntos de vista y emociones de los demás sin sentirnos abrumados por sus emociones negativas.
3. Cuando interactúes con gente, piensa en lo que pueden estar sintiendo. Por ejemplo, si al llegar al trabajo un compañero te saluda secamente, de forma precipitada, puedes observarlo y tratar de determinar si está sintiendo un estrés excesivo, si se siente de mal humor, etc.
4. No pienses usando estereotipos. Los estereotipos sirven para categorizar a grupos de personas en el mismo saco, como si fueran todos iguales. Esto les priva de su individualidad personal y os hace verlos de un modo menos empático. Ten en cuenta que cada persona es diferente y única.
5. No des las cosas por sentadas ni saques conclusiones precipitadas ni recurras a explicaciones simplistas. Por ejemplo, si a alguien le pasa algo malo y piensas que será porque se lo merece no pensarás más en ello. O bien, si piensas: “No es tan grave, ya saldrá del paso”, tampoco estarás practicando mucha empatía sino más bien buscando explicaciones fáciles para poder pasar y centrarte en ti y en tus cosas. Si lo que quieres es desarrollar tu empatía, ese no parece un buen modo.
6. Lee novelas. Las personas que leen novelas suelen ser más empáticas. Esto es debido a que las historias que conocemos a través de las novelas nos sumergen de lleno en el mundo y los sentimientos de otras personas. (Al final de este artículo profundizamos más en este aspecto.)
7. Juega y compite. Cuando jugamos con los demás a cualquier tipo de juego o deporte nuestros cerebros construyen “modelos mentales” de los pensamientos e intenciones de la otra persona. Los participantes necesitan anticiparte y responder a las acciones de las personas con quieren compiten. Es decir, dado que la empatía nos ayuda a “leer” mejor a los demás, la persona empática puede tener ventaja a la hora de competir con otros y hacerlo es un gran modo de practicar la empatía.
8. Observa y estudia las expresiones faciales de los demás, tratando de adivinar qué emoción expresa su rostro.
9. Con tu pareja o seres más cercanos, describe y pon nombre a las emociones que crees que pueden estar sintiendo y luego trata de buscar una explicación. Por ejemplo, si tu pareja vuelve del trabajo con una expresión cansada puedes pensar que ha tenido un día especialmenteestresante. Luego pregúntale para saber si estás en lo cierto. Por ejemplo, en este caso, podrías decirle: “Tienes un aspecto cansado. ¿Un mal día en el trabajo?”
10. Si tienes mucho dinero o demasiado poco, ten cuidado. Según las investigaciones, las personas con más dinero suelen ser menos empáticas, probablemente debido a que necesitan menos la ayuda o cooperación de los demás puesto que cuentan con medios para pagar cualquier cosa que necesiten. Por el contrario, las personas más pobres pueden estar tan preocupadas por cómo van a llegar a fin de mes o pagar sus deudas que no tienen tiempo para prestar demasiada atención a los demás. Si estás en uno de estos grupos, trata de recordar a menudo que la empatía no solo te hace mejor persona sino que también mejora mucho tus relaciones con los demás.
Se trata de ir ejercitándonos poco a poco hasta adquirir estos hábitos en nuestras relaciones con los demás. Si necesitas ayuda consúltanos. En el Centro de Terapia Familiar de Murcia estaremos encantados de asesorarte.
 
 



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