Imagen CC: Pareja paseando por la vía del tren
En la mayoría de las parejas las discusiones se repiten una y otra vez con los mismos reproches, las mismas respuestas y las mismas réplicas reproduciendo constantemente los mismos discursos viciados que no conducen a solucionar el problema. Un artículo de el diario ‘El País’ define muy bien estas discusiones que califica como diálogos encapsulados, discos rayados, palabras enjauladas, frases siempre en la misma órbita y aguas estancadas.
Nosotros, desde el Centro de Terapia Familiar de Murcia, queremos ofreceros algunas claves con las que poder contribuir a terminar con esas situaciones a menudo absurdas, para llegar a un buen entendimiento con la pareja y una mejor comunicación.
En primer lugar, aunque parezca difícil, hemos de cambiar el típico discurso en el que exponemos los motivos que nos causan malestar y las cosas que no nos gustan de nuestra relación o nuestra pareja por un “Dime qué cosas te gustaría cambiar de la relación o qué cosas te harían sentir mejor”. De esta manera, más tarde podremos introducir también nuestros deseos y peticiones y no encontraremos a nuestra pareja a la defensiva, sino abierta y dialogante. Se trata simplemente de hacer ver a nuestra pareja que de verdad deseamos mejorar nuestra relación y complacer también sus deseos.
Tenemos que evitar los reproches en nuestras discusiones. Aunque éstos estén fundamentados, no conducen al entendimiento porque no solemos reconocer nuestros errores o al menos, no nos gusta que nos los recuerden. En vez de reprochar algo que nuestra pareja no hizo, volver a pedir que lo haga de forma dialogante. En este sentido es importante también que cuando se produce una discusión nos limitemos a hablar de ese tema y no sacar temas polémicos del pasado (reproches).
Por último es importante escuchar a nuestra pareja sin tratar de interpretar sus frases de forma negativa, ni leer entre líneas. Vamos a escucharla de forma neutral, sin interpretaciones y tratando de ponernos en su lugar y presuponiendo sinceridad. El talante ha de ser conciliador, la actitud con la que iniciemos la conversación será un aspecto definitivo para llegar o no a buen término.
A veces, en algunos casos concretos, será necesaria la intervención de una tercera persona para repactar la relación desde un lugar más sano. En ese caso deberemos acudir a la terapia de pareja donde una voz objetiva y experta en relaciones de pareja podrá aconsejarnos sobre cuáles son las pautas más adecuadas para nuestro caso concreto.
Suerte!
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