'La Regla de Kiko' para prevenir el abuso sexual infantil

Imagen: Cuento de la Campaña para la prevención del abuso sexual infantil del Consejo de Europa
En muchas ocasiones los padres sentimos el temor de que nuestros hijos se vean expuestos a algún riesgo relacionado con el abuso sexual infantil. Puesto que no pasamos las 24 horas del día con ellos, es importante que expliquemos al niño o adolescente qué comportamientos son normales y cuáles no. Su corta experiencia les hace vulnerables a adultos manipuladores que pueden disfrazar sus conductas delictivas con juegos, regalos o secretos.
Para evitarlo, el Consejo de Europa ha puesto en marcha una campaña para combatir el abuso sexual infantil y adolescente, basada en un conjunto de materiales de sensibilización dirigidos a los padres y cuidadores con el objetivo de permitirles hablar con los niños de una manera positiva y en un lenguaje fácilmente comprensible para ellos sobre su derecho a definir sus límites personales, su derecho a negarse a que les toquen si no les gusta y a explicarles que pueden hablar con confianza sobre este tema a las personas que les cuidan.
En definitiva, La Regla de Kiko es una guía sencilla para ayudarnos a explicarles a los niños y niñas, especialmente de 3 a 7 años, dónde otras personas no pueden tratar de tocarles, cómo reaccionar y a quién dirigirse para pedir ayuda.
La Regla es sencilla: Los niños no deberían permitir que otros niños o adultos toquen partes de su cuerpo que suelen ir cubiertas por su ropa interior. Tampoco deberían tocar a otros niños, niñas y/o adultos en esas zonas. También ayuda a explicar a los niños que su cuerpo les pertenece, que existen secretos buenos y malos, y formas de tocar buenas y malas.
Para ello, la campaña dispone de un cuento dirigido a los más pequeños, a través del cual se puede explicar la Regla de Kiko, al tiempo que puede dar pie a conversar con los niños y niñas sobre distintos aspectos recogidos en la Guía para Padres y Educadores. A continuación proponemos algunos ejemplos:

  • “Tu cuerpo es tuyo y te pertenece. Nadie puede tocarte sin tu permiso”. Desde una edad temprana pueden aprender que existen partes privadas del cuerpo, utilizando los nombres correctos para los genitales, y otras partes. Esto les ayudará a saber lo que no está permitido. Los menores pueden decir NO a un beso o una caricia incluso de un ser querido, y este debe respetarlo.
  • “Existen buenas formas de tocar y otras malas”.  Los niños no siempre reconocen cuando se les toca de forma apropiada o inapropiada. Se les debe enseñar a identificar cuando no está bien que alguien mire o toque sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona. «La regla de Kiko» les muestra un límite fácil de recordar:  La ropa interior.
  • “Hay secretos buenos y malos”: Las personas que cometen abusos sexuales utilizan como táctica los secretos. Por eso, es primordial mostrar a los niños que hay secretos buenos y malos. Si hay un secreto que les preocupa, les hace sentir incómodos, les asusta o les pone triste, ese secreto no es bueno y deberían contarlo a un adulto de confianza.
  • La prevención y protección son responsabilidades del adulto: Cuando un niño ha sufrido abuso siente vergüenza, se siente culpable y tiene miedo. No hay que crear tabúes respecto a la sexualidad, pues les hará sentirse más confiados a la hora de dirigirse a un adulto y explicarles si están tristes, preocupados o nerviosos. Los niños pueden percibir que algo no está bien pero quizá no sepan explicarlo ni a quién contarselo.
  • Los niños deben conocer su red de seguridad, los adultos a los que se pueden dirigir y en los que confiar. Muchas veces los depredadores sexuales son personas conocidas por el niño y al pequeño se le hace muy difícil comprender que esa persona puede abusar de él. Debemos acostumbrar a los niños a que informen con frecuencia a su padres o cuidadores de la existencia de alguien que les hace regalos, que le pide que mantengan un secreto, que trata de pasar tiempo a solas con el niño…

Otras veces el depredador es un desconocido. Por eso, debemos comenzar enseñando al niño normas simples como la de no subir al coche de un extraño o no aceptar regalos de un desconocido.



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