Imagen: Centro de Terapia Familiar de Murcia
Sobre las razones que llevan a las parejas a hacer terapia, la psicóloga explica que generalmente uno de los dos toma la iniciativa cuando la relación es de agobio, de dificultad de escucharse o cuando la violencia no da lugar a la palabra a lo que agrega que muchas veces lo que es motivo de consulta tapa el problema real de la pareja.
Afloran por ejemplo mujeres que repiten con el marido la misma queja de su madre con su padre. En estos casos, cuando surgen puntos de repetición, el partenaire no tiene nada que ver, por lo que muchas veces la entrevista de pareja es la antesala de la derivación a una terapia personal.
Respecto a los principales motivos de consulta, la profesional destaca los casos de violencia y las quejas de uno respecto del otro (por no hacer o no dar en la medida de lo que el otro quiere). Entre las más frecuentes destaca la de no tener relaciones sexuales durante un largo período de tiempo incluso en parejas jóvenes.
Los tratamientos no tienen una duración estimada. Se extienden hasta llegar al núcleo donde se empieza a trabajar individualmente. Tras la terapia, alrededor del 90% de las relaciones continúan.
La terapia permite repactar la relación desde un lugar más sano, menos imaginario. Encontrar un punto en el que se soporten las diferencias y la pareja entienda que es imposible que los dos ‘sean uno’, básicamente porque ambos vienen de dos historias diferentes. La profesional cree que el objetivo es que el prójimo pueda ser visto en su diferencia, tolerado y respetado.