Imagen CC: home work routine | woodleywonderworks
En muchos casos, el tiempo de las vacaciones escolares se convierte para los niños y adolescentes en unos meses de caos absoluto, falta de horarios y pérdida de tiempo. Tanto si los padres trabajan como si no, durante los meses de vacaciones sus hijos pueden acostarse o levantarse a la hora que estimen oportuno, ver televisión durante horas o jugar a la consola cuanto le apetezca.
Según expertos en psicología infantil y adolescente, esta situación que hemos descrito no es solo perjudicial para los niños, sino que además supone desperdiciar una oportunidad para que nuestros hijos adquieran nuevos hábitos, se relacionen con otros niños, estén activos y practiquen actividades saludables.
Susana de Cruylles, psicóloga clínica y coordinadora del Programa de Padres del Servicio de Psiquiatría-Salud Mental del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, opina que los niños, durante las vacaciones, necesitan tener su rutina de comidas y sueño y, aunque se puede ser más flexible con los horarios, no conviene alterarlos demasiado porque de ese modo les estaríamos confundiendo y ello afectaría negativamente a su salud. Cruylles destaca que es importante que la familia cierre una etapa celebrando el fin de curso tanto si las notas han sido buenas, como si no.
La psicóloga infantil Alicia López de Fez, fundadora y directora del Centro de Psicología López de Fez en Valencia, recomienda:
- Apuntar a los niños a cursos de verano que les gusten y cuyas actividades sean acordes con sus habilidades para motivarles
- Que estos cursos de verano se desarrollen en un centro distinto a su colegio para que cambien de aires y hagan nuevas relaciones
- Transmitir a los hijos en verano nuevas responsabilidades que el resto del año, por cuestión de tiempo, son más difíciles de llevar a cabo. Pueden ser desde la lectura, hasta tareas domésticas que si se les reconocen les harán sentirse muy motivados y mantenerlas el resto del año.
