Imagen CC: Endless love | Filhi bahthi photography (with great hopes)
Uno de los mayores enemigos de las relaciones de pareja, es la rutina. Algo que inevitablemente aparece al cabo de los años y que nos hace perder la complicidad y la ilusión por los pequeños detalles de la vida en común. Cuando nos venimos a dar cuenta, ya estamos muy lejos de la relación que teníamos en los primeros años de relación. Pero pese a lo que pueda parecer, la situación no es irreversible, ni siquiera es difícil de solucionar.
Lo único que debemos hacer es proponernos una serie de ‘ejercicios’ que al principio tendremos que recordar y al cabo de poco tiempo, nos saldrán de forma natural:
- Lo primero es recuperar la comunicación. Debemos destinar un tiempo al día o la semana para hablar. Ya sea saliendo a cenar solos o a pasear. Es importante que no pase más de una semana sin tiempo para hablar de nuestros sentimientos y nuestras necesidades. Al escuchar a nuestra pareja debemos ser constructivos y no estar a la defensiva.
- Hay que cuidar los detalles como acordarse de las fechas y celebrar a solas las ocasiones especiales, dar un beso al despertarse, al saludar y al despedirse para ir a trabajar, sentarse juntos a ver la televisión o cogerse de la mano al pasear.
- También conviene recuperar símbolos como la que era vuestra canción, vuestro restaurante favorito…
- Cuidarse y tratar de gustar a la pareja como al principio de la relación. Es muy común abandonarse física y anímicamente cuando llevamos muchos años de relación y convivencia.
Si, a pesar de ello, todos nuestros esfuerzos por volver a vivir la relación de pareja que añoramos no dan su fruto, puede que necesitemos la ayuda de un terapeuta capaz de ver con perspectiva dónde se encuentra el problema de fondo que nos impide conseguir nuestro propósito. Suerte!
