Síndrome de la normalidad infantil

Imagen CC: Aula de educación infantil | dmmalva
Hemos hablado del proceso de adaptación al trabajo tras las vacaciones pero,  ¿qué pasa con los niños?,  ¿necesitan los más pequeños un periodo de adaptación tras el verano?
La mayoría de los profesionales coincidimos en que ellos lo necesitan incluso más que los mayores. Puesto que los niños no expresan sus depresiones con tristeza sino con agresividad y otras reacciones anómalas, recomendamos ante todo a los padres ser comprensivos con los pequeños y ayudarles en este duro proceso de cambio de rutinas.  A continuación os dejamos unas pautas que servirán de ayuda a toda la familia para hacer más llevadera la adaptación:

  • Transmitirle ilusión ante la nueva etapa que comienza haciendo al niño partícipe de los preparativos y las compras de material,  y hablándole de los nuevos amiguitos que tendrá o del reencuentro con sus compañeros del año anterior.
  • Comenzar a acostumbrarle a los nuevos horarios de sueño y comidas de forma paulatina unos días antes de empezar las clases.
  • Durante los primeros días hay que procurar dedicarles tiempo cuando vuelvan del colegio para hablar de las cosas positivas, y las negativas, que han recibido durante la jornada escolar.
  • No ponerles a hacer los deberes en cuanto llegan a casa, dejar que se relajen durante un tiempo antes para no sobrecargarles. Cualquier actividad lúdica con los padres y al aire libre les resultará gratificante y les ayudará a desconectar.
  • Una dieta sana y equilibrada con las raciones adecuadas de frutas y verduras contribuyen al rendimiento escolar y a mantener una actitud positiva en el niño.
  • Siempre que sea posible, los padres deben sentarse con ellos a hacer los deberes y éstos deben felicitarles y mostrar su alegría y orgullo, cuando los hayan hecho bien. Esta es una buena motivación para los niños.

 



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